Este parque, como cualquier otro, esta plagado de árboles. La razón por la cual este ha captado mi atención ha sido por el movimiento que posee. El suave balanceo que realiza sobre el agua. Parece rece que desea acariciarla con las puntas de sus ramas, pero sin llegar a rozarla.
Este árbol no es como cualquier otro, porque lo conforman dos imágenes claramente diferenciadas. Una es su imagen exterior, la que nos da esa visión general del Sauce. Por el contrario la otra solo la podemos apreciar si nos situamos bajo el, dejándonos envolver por sus ramas. Percibiendo un paisaje completamente distinto al original.
LEYENDA DE UN SAUCE LLORÓN
Un día de primavera, junto a un curso de agua, apareció una plantita. Pronto llamó la atención porque se desarrollaba con gran fuerza. Y no era para menos. Junto al arroyo, lejos de toda molestia, rodeada de paz, humedad y sol... los árboles vecinos la llamaban "la planta alegre".

Durante un día nublado, ya que no se veía reflejada, tuvo una idea. Quiso levantar sus ramas, mirar lejos, como quien anhela nuevos horizontes. Quiso descubrir lo que la rodeaba, pero no fue posible, a pesar de que lo intentó varias veces. Sus ramas, como cansadas, seguían acariciando el arroyo.
Pensó en pedir ayuda, pero su orgullo se lo impedía... ¿Quién me ayudaría a mi? pensaba angustiada. Y un escalofrío de tristeza sacudió su existencia.
La brisa agitó una vez más en las aguas, las largas ramas de la "planta alegre” que luego, pausadamente, dejaban caer lágrimas de impotencia porque ya no podía erguirse para apreciar lo que la rodeaba...
Desde entonces ya no sueña con mirarse en el espejo del arroyo.
Hoy, todos los que la ven la llaman "sauce llorón".
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